Porque eso es lo que tardé en terminar esta camiseta, y más tiempo pasó desde que Dawn de Mi rincónde mariposas creó esta camiseta camp como regalo para el Sewing Camp 2.
Lo importante es el fondo |
Me gustó en cuanto la vi y tenía
la tela ideal para hacerla. Una viscosa fresquita que compré en Cal Joan en
2016 (yo a mi ritmo, claro). Así que me puse con ella aprovechando el
confinamiento, y el aburrimiento máximo, ya que lo pasé sin familia ni amigos
cerca.
Inicialmente todo fue bien, me
concentré al máximo, leí bien sus instrucciones, y todo iba bien. Hasta que me
tocó hacer el cuello, y ahí ya tuve un “parón productivo” porque me daba pereza.
Por suerte unos meses después me animé y quedé encantada.
Me flipa el cuello |
Pero claro, hacer una camiseta en
dos intentos, es demasiada productividad para mí. Y resulta que las mangas no
me acababan de gustar. Sabía que eran anchas, pero demasiado para mi gusto (y
mis lorzas). Y pasó un año hasta que me animé a resolver el tema. Es muy pesado
hacer un arreglo así sola. Probar, quitar, marcar, volver a probar, y así en
bucle…
Problema resuelto |
Y al final estoy contenta con el
resultado. Es muy cómoda de llevar (lo principal para mí) y con un cuello
diferente y muy fresquito para el verano. Aunque este tipo de mangas no son de
mi estilo, así que para la próxima le haré un retoque.
Y la pude estrenar en casa de una
nueva amiga, que me quiere por interés (la dejo en casa al salir del trabajo).
Aunque el interés es mutuo, porque tiene un pedazo de terraza y hace una fideuà
que está para morirse. Un win-win en toda regla!
Tensión máxima |