Es importante ser fuerte cuando llegas a este punto, porque en realidad tienes ganas de dejarlo todo para ponerte a dos manos con la lana y el ganchillo, y transformarlo todo, pero si consigues superar esa fase, te calmas y ves que no hay tiempo material para hacer todo lo que te gustaría.
De momento sólo lo he convencido para que enseñe la colita... o a lo mejor sale así porque todavía no le he cosido los ojos al pobre, y lleva ya esperándolos más de dos meses.